Por Marcelo Alejandro Pedroza
Una hermosa mañana al abrir mi casilla de correo electrónico recibí la respuesta a una petición especial que le había solicitado al consagrado escritor Paulo Coelho. El maestro me envió cuanto sigue: “Perdemos el Entusiasmo debido a nuestras pequeñas pero necesarias derrotas durante el Buen Combate. Y como no sabemos que el Entusiasmo es una inmensa fuerza, responsable de la victoria final, la dejamos escapar por entre los dedos, sin advertir que estamos dejando escapar también el verdadero sentido de nuestras vidas”.
En el ejercicio cotidiano del liderazgo “la inmensa fuerza” se manifiesta de diversas maneras, dependiendo el momento y la situación dada.
Los líderes a través de su entusiasmo transmiten una energía poderosa que los hace vivir y que ayuda a vivir a los otros. Tienen una actitud que enciende y edifica, construyen el presente. Son conscientes que con entusiasmo sus corazones generan latidos con vigor y que para alcanzar sus sueños la altitud del coraje entusiasmado es indispensable.
Para que la inmensa fuerza interior se fortalezca la tienen siempre encendida. Lo hacen a través de la automotivación y el optimismo. Son conscientes de la realidad que viven. José Luis Martín Descalzo, novelista español del siglo pasado, hablaba de “realistas esperanzados”, sabedores que el mundo es de muchos colores y que a pesar de estar lejos de ser un paraíso, tienen energías humanas y espirituales suficientes para transformarlo y mejorarlo. |
Leer más...
|
Por Héctor Farina Ojeda (*)
Contrariamente a la creencia arraigada que se tiene en América Latina de que la pobreza es un mal endémico que no sólo no se va sino que tiende a aumentar, hay casos que demuestran que tal creencia puede derrumbarse fácilmente con una buena estrategia económica. Irlanda es uno de esos ejemplos, uno de esos países que lograron dar un giro significativo en pocos años, pasando de la pobreza aguda a una riqueza floreciente que fue permeando a los diferentes sectores de la sociedad.
En la década del 50’, Irlanda tenía una economía primaria dependiente en gran medida de la producción agropecuaria. Era un país de gente que emigraba en forma masiva, en busca de las oportunidades laborales que no había en casa. Pero una serie de medidas, una buena planificación y una visión a largo plazo hicieron que la realidad cambiara, de forma que el país pobre fue quedando atrás mientras se llegaba a un estadio de generación de empleos y riqueza, de prosperidad y de progreso. |
Leer más...
|
|
|
<< Inicio < Prev 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Próximo > Fin >>
|
Página 3 de 56 |